La perlita posee una densidad de unos 90 kilogramos por metro cúbico, lo que es algo insignificante si lo comparamos con los 1.200 kilos que suele tener un metro cúbico de suelo agrícola. Tiene un color blanco intenso, es extremadamente consistente y por tanto muy resistente a la erosión, en particular a la provocada por el crecimiento de las raíces.
Es un mineral natural del grupo de las riolitas. La composición básica es la de un silicato alumínico, con pequeñas cantidades de otros elementos.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la corteza terrestre está formada por sílice y silicatos, por lo que la fuente de materia prima para la fabricación de la perlita es muy grande.
Su función es esponjar la tierra, mejorando la aireación y aumentando su capacidad de retención de humedad.